Hablemos de mujeres en STEM
En el marco del Día Mundial de la Niña y la Mujer en la Ciencia y la Tecnología celebrado el 11 de febrero, Microsoft compartió inquietudes,aprendizajes y prácticas, para así generar un espacio y hablar de posibles soluciones para atender un desafío que es prioritario: lograr que más mujeres se interesen por la tecnología, la aprendan, la estudien, la creen y trabajen con ella.
La diversidad es fundamental para garantizar que nuestra tecnología refleje y sirva a toda la sociedad. La participación de las mujeres en la tecnología la enriquece, potencia la creatividad, hace más productivas a las organizaciones. Pero estamos ante una doble disrupción que ha dejado al desnudo y amenaza con agravar las inequidades.
La aceleración de la transformación digital y la crisis de salud pública han exacerbado la brecha de género en el sector de la tecnología, que ya mostraba una composición inequitativa. De no corregirse con acciones prontas y deliberadas, la falta de mujeres en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas -STEM por sus siglas en inglés- podría limitar la innovación, el dinamismo y la riqueza de la tecnología, y privar a las mujeres -cuyos trabajos e ingresos fueron los más golpeados por la crisis de salud pública- de nuevas y mejores oportunidades.
Los trabajos más demandados y mejor remunerados estarán en estas áreas donde las mujeres están poco presentes, y si no actuamos, las brechas de género, ingresos y de acceso al empleo se ahondarán, las mujeres tendrán menos oportunidades. Según el Informe Global de Brecha de Género 2021 del Foro Económico Mundial, a medida que el impacto de la pandemia de COVID-19 continúa sintiéndose, el cierre de la brecha de género global ha aumentado en una generación de 99.5 años a 135.6 años.
En América Latina y el Caribe, si continuamos como vamos, se requerirán 68,9 años para cerrar la disparidad. Aunque es cierto que la proporción de mujeres entre los profesionales calificados sigue aumentando, las disparidades generales de ingresos todavía están a medio camino de ser superadas y hay una persistente falta de mujeres en puestos de liderazgo: representan solo el 27% de todos los puestos directivos.
En este contexto retador, el sector de la tecnología enfrenta un doble reto. Las habilidades de ciencia, tecnología, matemáticas y tecnología (STEM) están desempeñando un papel cada vez más importante en la configuración del futuro. El Foro Económico Mundial estima que, para 2030, 77% de los trabajos requerirán habilidades en tecnología.
El desarrollo de este tipo de habilidades son un motor fundamental para el crecimiento económico y la competitividad a largo plazo. Sin embargo, cuando se trata de talento femenino, el déficit de mujeres en las áreas STEM es un problema global. En el mundo sólo el 31% de los trabajadores en estas áreas son mujeres. La proporción actual de mujeres en Cloud Computing es del 14,2% y esa cifra solo ha mejorado en 0,2 puntos porcentuales, mientras que la proporción de mujeres en los roles de datos e IA es del 32,4% y esa cifra ha experimentado una disminución desde febrero de 2018.
Las razones que explican este déficit son múltiples y, aunque no existe una receta única para mejorar la situación, vale la pena estudiar algunas de ellas para diseñar acciones que permitan encontrar soluciones.
Todo comienza en la
educación
El factor más obvio en la falta de mujeres trabajando en los campos STEM es que hay una escasez de oferta de mano de obra calificada femenina en estas áreas: a nivel global, sólo el 35% de los estudiantes de STEM en la educación superior son mujeres, sólo el 3% de las mujeres en educación superior eligen estudios de tecnologías de la información.
según un informe de la UNESCO. El “pipeline” del talento femenino está roto.Hay una diversidad de razones por las cuales las niñas y jóvenes muestran menos inclinación por este tipo de materias. El problema es complejo y está bien interconectado con nuestra cultura. Las razones van desde la presión de los compañeros, a la falta de modelos a seguir y el apoyo de los padres y los maestros, a una percepción errónea general de cómo se ven las carreras STEM en el mundo real, para citar sólo algunas.
Con
cifras y estudios en mano, en Microsoft se ha diseñado una ruta y unas acciones
para animar a los estudiantes a explorar las posibilidades de una carrera en
STEM:
- 1. Proporcionar modelos a seguir: Las niñas y las mujeres jóvenes tienen dificultades para imaginarse a sí mismas en roles STEM. Ver a las mujeres que trabajan en STEM y tecnología ayuda a recordar a las niñas que tienen un lugar en estos campos si lo desean.
- 2. Generar emoción e inspirar:Las niñas quieren ser creativas y tener un impacto positivo en el mundo y muchas no se dan cuenta de que las carreras STEM y de ciencias de la computación pueden darles exactamente las oportunidades que están buscando.
- 3. Proporcionar experiencia práctica: Las niñas que participan en clubes y actividades STEM fuera de la escuela tienen más probabilidades de decir que seguirán asignaturas STEM más adelante en su educación. Además de aumentar el acceso a los clubes STEM y CS, podemos llevar el aprendizaje experiencial que las niñas desean a más aulas.
- 4. Dar aliento: Las niñas que se sienten apoyadas por maestros y padres muestran más interés en continuar con el aprendizaje de STEM y CS en su futuro.
- 5. Fomentar una "mentalidad de crecimiento": Las niñas están dispuestas a trabajar duro para tener éxito. Por lo tanto, necesitamos crear entornos donde las preguntas, el descubrimiento e incluso el fracaso se traten como partes positivas del proceso de aprendizaje.
En Microsoft, con programas como DigiGirlz estan comprometidos a ayudar alprogreso en la paridad de género, las oportunidades económicas y la educación STEM, para que las niñas tengan la misma oportunidad de tener éxito en estos campos críticos.
Gracias
a estos talleres prácticos de tecnología, código y actividades para el
desarrollo de habilidades blandas y charlas inspiracionales, Microsoft ha
llegado a sembrar la curiosidad y despertar el interés por la ciencia y la
tecnología de aproximadamente 9,000 niñas en la región.